Consejos de diseño si no eres un diseñador gráfico
Imagen: Freepick
Hay una miríada de herramientas fantásticas de diseño gráfico que puedes usar. Pero hay algo que ninguna de esas aplicaciones puede darte: experiencia.
No obstante, desde la experiencia de quienes se dedican a ello profesionalmente podemos ofrecerte los siguientes consejos. Son cosas que no son difíciles y que no requieren un gran conocimiento, pero tendrán un gran impacto en los diseños que crees, y son conceptos que puedes aprender en apenas unos minutos.
¿Estás listo? Empecemos con el más básico:
El espacio en blanco es tu amigo
Todo nuevo diseño empieza con una página en blanco. Y es muy tentador empezar a rellenar ese espacio tan rápido como sea posible.
Pero en muchos casos, esto es un error.
Muchos principiantes intentan meter tanta información como puedan en cada rincón de su folleto, revista, cartel o su banner, rellenando cada espacio disponible hasta que su diseño acaba abarrotado y difícil de digerir.
Olvidan que el propósito de todo buen diseño es transmitir información. Y cuando tu diseño se vuelve demasiado recargado, se hace difícil para los demás asimilarlo todo.
Así que está uno de los consejos más importantes que todo no-diseñador debería tener en mente al intentar crear sus propios materiales: Dale espacio a tu diseño para respirar.
Limítate a unas pocas fuentes
Igual que con el espacio en blanco (que la gente intenta rellenar como sea), muchos no-diseñadores gráficos intentan usar tantas fuentes llamativas como puedan en una simple página. Y de nuevo, esto es un error.
Un buen diseño solo es lo complicado que necesite ser. Una vez que tengas suficiente variedad para hacer el conjunto visualmente interesante, es el momento de parar de añadir cosas nuevas como fuentes adicionales. Así que limítate a un máximo de 2 (o quizá 3) fuentes. Una para el titular, y otra para el cuerpo o contenido principal.
Ambas fuentes deberían ser fáciles de leer, y deberías en general evitar fuentes pintorescas de estilo caligráfico, aunque te llamen la atención. Son más difíciles de procesar.
Dale a tu diseño una jerarquía
Estamos todos de acuerdo en que un buen diseño debería ser llamativo. Pero cuando todo es llamativo, nada lo es.
Cuando tu audiencia ojee tu diseño, debe saber inmediatamente cuáles son las partes más importantes. Y eso significa que debes crear una jerarquía de importancias (y ceñirte a ella).
Imagina cualquier página de un periódico. Hay un gran titular en negritas con una gran foto. Hay encabezados menores (pero aún de cierta entidad) más abajo, con ilustraciones más pequeñas. Y finalmente, está el cuerpo de texto en sí, que es más pequeño y menos destacado que cualquier otra cosa que ha aparecido antes.
Bien, pues puedes aplicar este mismo patrón a cualquier diseño que elabores.
Prepáralo para la impresión
Esto obviamente no importa cuando tu diseño está pensado para publicarse exclusivamente online, pero para todos los casos en que va a ser imprimido, hay que tomar algunas cosas en consideración. Entre estas están cosas como el no utilizar imágenes de resolución insuficiente, incluir un sangrado en el diseño, incluir marcas de corte, utilizar colores CMYK (al menos en la versión final) ya que son los que se usan en la imprenta, o incrustar en el archivo las fuentes que se quieren usar.
Para conocer más en detalle estas recomendaciones de diseño para la impresión consulta por favor este artículo de nuestro blog.
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